lunes, 1 de marzo de 2010

Macabrón, un cuento.

Había una vez una niña llama Edna, la cual carecía de sentido de la moda, usaba faldas tableadas y tenía un extraño corte de pelo en forma de casco. La noche de brujas se acercaba, Edna estaba muy emocionada, sin embargo su madre odiaba esa fiesta pagana, pero más odiaba el sonido del timbre y la frase “dulce o truco”. Por eso cada año le prohibía salir.

Ya llegado el día la madre de Edna, como era doctora salió a cubrir una emergencia, dejándola sola en la casa.

La oportunidad perfecta, su madre estaría en hospital y Edna podría repartir dulces un rato, para después a la llegada de su madre fingir dormir profundamente.

El único problema era la escasees de dulces en su casa, Sin embargo Edna no se pensaba quedar sentada, tomó los discos de su mamá y al escuchar el primer timbre, los empezó a regalar, al acabarse los discos, tomó las porcelanas de su madre y se las entrego al siguiente grupo, así hizo hasta dejar vacía la sala y comedor.

Como los niños seguían tocando, Edna decidió preparar algo de comida para regalar, tomó unos bombones, prendió la estufa, dejo la puerta abierta y los regalaba al paso. Todo iba bien hasta que Pedro, el vecino, de la casa 346 empezó a pelear con Joaquín, el vecino de la casa 219. Edna desesperada trato de separarlos, sin soltar el bombón flameado. Los niños en el forcejeo empujaron a Edna, haciéndola aventar el bombón. Lentamente todos los niños contemplaron el viaje del bombón a través de la cocina, el comedor, hasta llegar a las cortinas de a sala. Las llamas crecieron rápidamente, esparciéndose por la sala para después llegar al comedor. Los niños corrían desesperados, tratando de encontrar una salida.

Casualmente por la calle iba pasando un ex bombero, los niños que habían logrado salir, le pedieron ayuda. El hombre valientemente entro a la casa, sacó, uno por uno de los niños.

Entre el alboroto se escucho un grito –“¡Mi porcelana, que diga mi hija esta dentro!” - Era la madre de Edna.

Entre la llamas surgió el bombero con Edna en mano. La madre de Edna corrió a su encuentro, justo cuando la iba a tomar, el bombero interrumpió con una pregunta: "¿Es usted la madre de esta niña? ¿La dueña de la casa?" La madre respondió afirmativamente a amabas preguntas. El bombero suspiró y dijo: "Mi nombre es Jesús Pérez, ex bombero, pero actualmente trabajo para servicios infantiles, me temo que tendré que quitarle a la niña."

Y mientras las llamas extinguían lo último que quedaba de su casa, la irresponsable madre recibió una visita más, era un hombre de traje y corbata, con un portafolio rotulado con “seguros AVA” El hombre estaba ahí para informarle por falta de pago no le cubrirían nada.

Y así Edna partió a un mejor mañana de la mano del bombero.

FIN

4 comentarios:

  1. No sé si reirme o llorar...Pero de algo estoy segura de tu imaginación desbordada....

    Besos con cariño

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  2. Cada quien recibe lo que siembra, que mujer mas vacía la madre de Edna, suerte que ya no viva junto a ella, besitos

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  3. Nos toca lo que llega, nos quedamos o seguimos...

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  4. Hay personas que no deberían tener hijos. Por más duro que suene, es así.

    Beso!

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