miércoles, 23 de junio de 2010

Andrógino, Campo.

Habían caminado entre los maizales por una hora, tratando de no mirarse, pretendiendo que no compartían espacio, que no se estaban siguiendo. Se conocían desde la infancia pero la vida les fue separando poco a poco. Y era ese día en el sembradío, el que les separaría de por vida. Cuando terminara el maizal habían jurado nunca mas verse.

Quedaban uno metros.

Y al ver el final inminente miró al cielo.

Y sin decir su nombre sólo dijo:

"Campo mira como te amo, Campo"

La duda siempre quedó en su mente.

¿Acaso se refería al hermoso maizal?

¿O a su segundo apellido?

Triste la historia.

Triste el recuerdo.

Terrible la duda.

4 comentarios:

  1. Apostaría por el apellido.
    Siempre quedará la duda.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. La tristeza es por haber mirado al cielo y no a los ojos, lugar donde la duda no es posible. Un gran beso.

    ResponderEliminar
  3. Esas dudas se quedan clavadas en uno de por vida. Ojalá algún día puedas hacer que la incertidumbre desaparezca

    ResponderEliminar
  4. Me enredo entre tus letras...apostaría por el maizal o por el campo...no sé estoy enreda...

    Besos con cariño

    ResponderEliminar